_ ¿Que sucede? ¿Por qué corres?
_ ¡Me dijeron que el amor no existe! Que los hombres solo nos harán sufrir, que las mujeres estamos destinadas a no ser queridas como merecemos.
_ ¡Detente! - Dijo él tomándola del brazo e impidiendo que siguiera corriendo.
_ A mi me dijeron que todas las mujeres son iguales, que no debemos enamorarnos porque al final saldremos heridos… me dijeron que proteja mis sentimientos con cadenas y candados… que no permita que nadie, ¡Nadie! Se acerque a ellos.
_ Me dijeron que ustedes solo quieren una cosa, que una vez que lo consiguen… satisfacer esos caprichos y ese incansable ego… entonces nos abandonan como si de juguetes se tratara.- dice ella sin mirarlo a los ojos, siempre con la vista en el suelo.
_ Me dijeron que si un hombre se enamora, muestra debilidad, que si un hombre siente, entonces pierde a sus amigos, o no será visto como la mayoría de sus amigos, deja de ser un hombre. – Dijo él, como casi preguntándose a si mismo si realmente es así.
Entonces ella voltea la mirada, toma las manos de él, quien se encontraba también mirando aquellas hojas otoñales en aquel lugar alejado de todo, de todos, y dice con una voz muy sutil y sus ojos brillantes, abarrotados de dulces lágrimas.
_ ¿Y tú? ¿Qué dices?
_ Que no quiero que te vayas, que no quiero que corras de mi presencia, que quiero estar contigo… yo creo que los que tanto dicen, es porque no saben nada.
_ Aún no han comprendido lo más importante… no impidas que los demás sean felices, no sientas envidia porque quizás ellos logren ver lo que tu jamás has podido ver.
_ ¿Qué haremos? -dice él casi sin poner atención a las últimas palabras de ella.
_ Yo sacare esos candados y cadenas que ahogan tus sentimientos y tu te ocuparas de dejar tu ego en un tacho de basura, yo no seré como todas, porque no me interesa saber como son todas y tu serás un verdadero hombre, porque te atreverás a sentir. – Dijo ella con bastante determinación en su voz.
_ Te das cuenta, que si nadie nos dijera nada, si solo nos dejaran ser, aun sabiendo que podríamos estar equivocados, entonces sería mucho más fácil comprender lo que es el amor…
_ El amor, es la fuerza que nos ayudara a decir más adelante: No todos son iguales, no toda la relación es sufrimiento, el que sale dañado aprender mucho más… el amor es la fuerza que más adelante nos ayudara a decir, atrévanse a amar, porque el amor jamás los dejará solos, y se hará cada vez más grande hasta que llegue a manos de aquel a quien corresponde ese amor, que de seguro es alguien que en el transcurso de su vida, también ha amado con todas sus fuerzas.
Entonces todo cambia, el dulce otoño se torna más frío, a ella se le debilitan las piernas y cae sobre todas aquellas hojas secas, provocando un sonido casi único dentro de todo ese silencio entre los árboles… él no comprende lo que sucede, asustado y sin saber que hacer, se acerca a ella y toma su cuerpo para acercarlo tiernamente a su pecho.
_ ¿Te encuentras bien? Linda, ¿Qué ocurre?
Ella abre sin fuerzas sus ojos, y de sus labios casi secos, agrietados y pálidos, salen palabras llenas de vida.
_ Lo siento, vine a este bosque a morir, me he envenenado… ¡Es que dijeron tanto! Que no pude evitar pensar que todo el tiempo me mentías… que jamás me quisiste… que fueras como todos…
_ ¡No! Yo te amo… Dice el con una tranquilidad que denota desesperación de su parte.
_ Lo sé… Gracias por seguirme, gracias por hacerme entender lo que era el amor antes de que mi vida llegue a su fin, me puedo ir tranquila, ya no estoy decepcionada de todo, ahora que la vida se me va de las manos, es cuando más la amo y valoro… Gracias por todo.- dice ella con una sonrisa en su rostro… Entonces sus ojos se cierran para siempre. Él volverá a amar con todas sus fuerzas, porque ella lo amo con todas sus fuerzas. Amemos con todas nuestras fuerzas sin miedo al que dirán, porque los que dicen, es porque poco saben, porque si alguna vez amaron de verdad, no comprendieron lo que era realmente el amor e inconscientemente quieren que nadie lo comprenda.
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