Vibremos positivo.

Debemos aprender a sentir, para así vibrar a la misma frecuencia que vibra la tierra, debemos sentir la tierra con nuestros dedos, y no a través del cemento o los zapatos... debemos bailar al son del sonido universal y brillar como lo hacen las estrellas cada noche. Debemos aprender tanto de la naturaleza, y lo mejor es que ella esta tan dispuesta a enseñarnos... somos nosotros los que nos hacemos los sordos y ciegos ante lo evidente. Esta todo abarrotado de casas, edificios, postes de luces, cemento, antenas, tecnología... Pero aún, podemos ver en lo más alto, el cielo y el sol, las estrellas y la luna, aún resisten los árboles y la tierra en algún lugar donde no se le haya matado con cemento encima, aún resisten bosques, selvas, campos y playas, aún podemos cambiar, aún estamos a tiempo de valorar, de recibir, de entregar, aún tenemos tanto que aprender de la madre naturaleza, y ella sigue allí, esperando a ser consultada, esperando a entregar conocimiento, sabiduria, amor. Cada uno de nosotros formamos parte de un todo, cada uno entrega su propia energía a la tierra, hagamos que esta energía sea positiva, sea intensa, sea poderosa y sea capaz de transformar.